Terrible es cruzar el umbral de la incomprensión
si los mismos deseos de ser comprendidos
nos atormentan.
Corrompidos desde la niñez
innumerables imágenes inundan el cerebro
es como caer en un abismo
pero esa descripción ya la han hecho otros poetas.
Silenciando minutos estoy viviendo
con un discurso cotidiano
que se llena de horror.
La vida misma es una abstinencia constante
le lanzo piedras a la existencia de la palabra
me desnudo y le hago el amor al sufrimiento
y siento que los huesos se hacen cenizas
y que los ojos saltan desorbitados,
y que los niños corren como lobos,
y que la noche es el día y el día es la noche,
y que los amantes se pierden por las calles
lamiéndose los pensamientos,
y los locos ya no son locos
son los que ven la vida como quisiéramos verla todos.
L.E.G-2021-
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